Cómo ajustar correctamente un casco
Antes de aprender a ajustarnos correctamente el casco, debemos asegurarnos de poseer uno de la talla adecuada. Un casco más grande o más pequeño de lo que realmente necesitamos no cumplirá su función correctamente y nos provocará molestias varias por un mal ajuste del mismo.Lo más normal es encontrar las tallas de los cascos basadas en el diámetro de la cabeza. Para ello, debemos medir la circunferencia de nuestra cabeza con una cinta métrica y elegir la talla que más nos convenga, que generalmente vendrá dada en centímetros. Una vez tengamos un casco del tamaño adecuado para nosotros, debemos ajustarlo siguiendo estos cuatro sencillos pasos:
- Ajusta y nivela el casco sobre tu cabeza. El casco debe permanecer nivelado sobre la cabeza, sin inclinaciones hacia ningún lado. Además, el casco debe cubrir casi toda nuestra frente, para mantener su máxima eficacia en materia de seguridad. Con el casco nivelado sobre nuestra cabeza, colocaremos uno o dos dedos por encima de las cejas: un casco de la talla correcta debe tocar nuestros dedos.
- Ajusta la rueda posterior. La mayoría de cascos de hoy en día cuenta con algún tipo de sistema de ajuste de rueda o similar en su parte trasera para ajustar el casco a la cabeza. Con el casco colocado, debemos girar la rueda en el sentido de las agujas del reloj hasta que notemos bien sujeto el casco a nuestra cabeza.
- Ajusta las correas laterales. El siguiente paso es ajustar las correas laterales correctamente. Para ello, debemos aflojar las presillas o cierres de estas correas en su parte lateral hasta que la V que forman quede justo debajo del lóbulo de nuestra oreja, con un espacio de un centímetro aproximadamente o hasta que solo quede sitio para un dedo.
- Ajusta el cierre de la barbilla. El último paso y el más importante, ya que realmente es el que sujeta el casco a nuestra cabeza y evitará que se salga en caminos pedregosos y baches pronunciados. Nuevamente, aflojaremos las presillas o cierres que sujetan la correa inferior y moveremos la correa hasta que el cierre roce nuestra barbilla, pero sin presionar demasiado la piel. Para asegurarnos un correcto ajuste, con el cierre ajustado y cerrado moveremos la cabeza en todas las direcciones para ver si notamos una excesiva presión o molestia en la zona de la barbilla. En tal caso, aflojaremos un poco más las correas y repetiremos el proceso hasta encontrar la posición que nos resulte más cómoda
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