miércoles, 15 de agosto de 2012

Las dos medidas fundamentales de la bicicleta de montaña que todo ciclista debería conocer


Las dos medidas fundamentales de la bicicleta de montaña

Cuando ya tenemos nuestra bicicleta perfectamente ajustada a nosotros y a nuestra forma de rodar, resulta verdaderamente importante conocer las medidas óptimas que hacen de nuestra bicicleta una perfecta extensión de nuestras piernas. Existen dos medidas fundamentales que nos van a permitir ajustar casi cualquier bicicleta a nuestra forma de rodar de una manera rápida y sencilla, y también nos permiten averiguar qué talla será la más adecuada en esa nueva bicicleta que estamos a punto de adquirir.
Todo ciclista debería conocer las medidas mágicas que transforman su bicicleta en la montura ideal para su forma de rodar. Con un simple metro de medición, un lápiz y un papel, todos deberíamos anotar las medidas de nuestra bicicleta y guardarlas a buen recaudo o memorizarlas en nuestra cabecita, pues de ellas dependen que nuestra próxima bicicleta o nuestros próximos componentes se adapten perfectamente a nuestro cuerpo y nuestro estilo de rodar. A continuación, las dos medidas fundamentales de la bicicleta que todo ciclista de montaña debería conocer:

1. La altura del sillín

Quizás una de las medidas más críticas y a su vez importantes para un ciclista. La altura del sillín determina una mayor o menor eficacia en el pedaleo sobre la bicicleta, y una altura incorrecta puede provocar inflamación de rodilla o cadera y una mayor fatiga muscular al pedalear. La solución más práctica para mantener siempre la altura ideal de nuestro sillín es, una vez determinada la altura correcta, hacer una pequeña marca o muesca en la tija del sillín con la ayuda de un destornillador o herramienta afilada. En el caso de la fibra de carbono, es preferible utilizar algún rotulador de tinta indeleble o similares para no dañar el material.
Además de marcar la altura correcta en la tija del sillín, es muy importante conocer la medida que señala la altura óptima de nuestro sillín. Para ello, con ayuda de un metro de medición mediremos la altura del sillín partiendo del centro del eje del pedalier hasta dos puntos específicos del sillín, el primero de ellos situado en la parte más elevada de la punta y el segundo situado en la parte más elevada del culo del sillín. Teniendo siempre estos mismos puntos como referencia, podremos calcular la distancia óptima de la altura del sillín así como su inclinación y adaptarlos a cualquier otro modelo de bicicleta sin mayores problemas. Por supuesto, la altura del sillín también dependerá de la longitud de las bielas que tengamos. En el caso de cambiar de bicicleta, si las bielas del nuevo modelo son más largas o cortas que nuestro modelo anterior, debemos sumar o restar esos milímetros a la altura óptima que tengamos calculada para nuestra forma de rodar.

2. La distancia entre el manillar y el sillín

Otra medida de suma importancia, puesto que determina la posición del torso y la inclinación de nuestra espalda mientras pedaleamos. Una posición demasiado erguida o demasiado tumbada sobre la bicicleta nos provocará dolores lumbares y una pérdida en la eficiencia del pedaleo y el control de la bicicleta. La distancia entre el manillar y el sillín de la bicicleta está determinada por varios factores: la longitud del tubo horizontal del cuadro o la inclinación del tubo de la tija, la longitud de la potencia, la inclinación del manillar, el retraso de la tija y la posición del sillín sobre la misma. Los dos primeros factores dependen del cuadro exclusivamente, pero el resto son fácilmente modificables por cualquiera de nosotros/as.

Para poder tener una futura referencia de nuestro ajuste óptimo, lo más recomendable es realizar un par de mediciones. Antes de medir la distancia, debemos tener ajustada la altura óptima del sillín, ya que de lo contrario no conseguiremos datos satisfactorios. La primera medición la realizaremos midiendo desde el centro del manillar hasta la punta del sillín, y la segunda de ellas midiendo desde el extremo del manillar en su parte central (con la dirección completamente recta) hasta la punta del sillín. Con estos datos a buen recaudo, podremos adaptar cualquier otra bicicleta a la longitud óptima de rodaje que necesitamos o conocer si la talla del cuadro que vamos a probar nos permitirá ajustar estas medidas con exactitud. Al medir la distancia entre el extremo del manillar y la punta del sillín, lo que hacemos es conseguir la medida que nos permitirá ajustar de forma óptima la posición o inclinación del manillar, sin necesidad de grandes complicaciones.

Medidas fundamentales y otras que no tanto

Como hemos visto, con un par de medidas fundamentales podremos ajustar de forma óptima a nuestras necesidades una bicicleta nueva o de componentes recién estrenados. A pesar de ello, hay que remarcar que una bicicleta permite multitud de pequeños ajustes en diferentes partes de la misma y que cada uno de estos ajustes aporta su granito de arena en lo referente a la sensación final que se obtiene rodando con la bicicleta.
Del mismo modo, también hay que tener en cuenta que una bicicleta de doble suspensión es diferente a una rígida, y que antes de efectuar los ajustes fundamentales que acabamos de ver sería muy recomendable ajustar el SAG de ambas suspensiones a la presión adecuada para nosotros, ya que de lo contrario obtendríamos mediciones erróneas o incorrectas debido al hundimiento de la suspensión una vez montados sobre la bicicleta.
En lo que respecta a las medidas fundamentales, la mejor opción es apuntar las medidas óptimas que tenemos en nuestra bicicleta en alguna tarjeta o papel y guardarlas en un lugar accesible (nuestra cartera, por ejemplo). De este modo, si un día nos encontramos en una tienda con manos temblorosas y el corazón acelerado ante la bicicleta de nuestros sueños, siempre podremos consultar nuestros ajustes óptimos y comprobar que la nueva bicicleta será capaz de cumplir nuestros requisitos más fundamentales.


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